viernes, 30 de enero de 2009

QUE NO CUNDA EL PANICO

Por encima de cualquier consideración lo más importante en este momento para el movimiento autocaravanista es tener fe en sus posibilidades.

Es normal que surja el desánimo al comprobar el trato injusto y discriminatorio que algunos estamentos de la administración, tales como la Dirección General de Turismo del Principado de Asturias o la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, aplican a los ciudadanos que hemos optado por comprar una autocaravana como medio para viajar.

Sin embargo, los autocaravanistas necesitamos tener fe en nuestros derechos. Sin esa fe estamos abocados a elegir entre aceptar las restricciones al uso libre y racional de nuestra forma de viajar en nuestro propio país, vender nuestras autocaravanas o emigrar con ellas a los países donde somos bien acogidos tales como Marruecos, Portugal, Francia, Italia o Alemania.

Nuestro derecho, como mínimo, es ser tratados con arreglo a las Leyes de Seguridad Vial cuando pernoctamos en el interior de nuestros vehículos estacionados en la vía pública, de la misma forma que el resto de los usuarios de otros vehículos de las mismas características y como es normal en los demás países de la UE que, además, son los principales proveedores de turistas que nos visitan utilizando todo tipo de medios, entre ellos, las autocaravanas.

Sin embargo, algunas administraciones nos aplican de forma forzada y discriminatoria cualquiera de las más de treinta leyes que, sobre acampada, componen el mosaico normativo de nuestro país; desde la Ley de Costas pasando por las leyes de Protección de Espacios Naturales y terminando en las Leyes de Turismo autonómicas.

El mismo hecho: pernoctar en un vehículo situado –estacionado- en la vía pública –un lugar de estacionamiento permitido-, legal, al amparo de las leyes de tráfico en las que la presencia de los pasajeros en el interior es irrelevante, se convierte en una infracción administrativa al aplicar de forma forzada y lesiva alguna de las leyes que regulan la acampada.

Estas administraciones obvian en primer lugar los propios fines de sus leyes ya que la pernocta en el interior de un vehículo no lesiona, en mayor grado que otros vehículos utilizados para pernoctar, ninguno de los bienes que dichas leyes pretenden proteger, tales como la defensa del medio ambiente o de los legítimos intereses públicos o privados.

Todo lo contrario; lo que estas administraciones defienden con su actitud son las razones económicas de los empresarios de camping y algunos criterios políticos muy particulares sobre la calidad del turismo. Para ello no dudan en cercenar el derecho al uso libre y responsable de nuestros vehículos en el marco de las Leyes de Seguridad Vial, utilizando el argumento de que pernoctar en el interior de una autocaravana tiene una intencionalidad o supone una ocupación indebida del terreno público o protegido.

Obvian que pernoctar en el interior de un vehículo, aunque esté acondicionado como vivienda, es una actividad legítima y legal al amparo de las leyes de Seguridad Vial. De esta forma, miles de conductores de camión pernoctan todos los días, dentro del territorio español, en el interior de las cabinas de sus camiones o tractocamiones acondicionadas de fábrica como vivienda, cuando están situados o estacionados en un lugar autorizado de la vía pública y sin que se pretenda hacerles pasar por la caja de un hotel.

Estamos cargados de razón, pero para que esta razón sea reconocida es necesario convencer o llegar hasta las instancias que obliguen a las administraciones a acatarla y solo lo podremos conseguir conociendo la fuerza de nuestra razón, identificando el camino y poniendo los medios necesarios a nuestro alcance como consecuencia de un análisis real de la situación a través del diálogo y el consenso entre las asociaciones de usuarios.

No hay una panacea ni tampoco hay una ley que regule el uso de las autocaravanas por encima de las leyes de Seguridad Vial o las de Acampada. Nuestro problema es de ámbito normativo y la aplicación de las leyes de Seguridad Vial al hecho de pernoctar en el interior de una autocaravana se debe conseguir por dos vías: el diálogo con las Administraciones y la creación de jurisprudencia. Pero para lograrlo, lo primero que necesitamos es tener fe en la justicia y en nuestras posibilidades y a continuación dejar de hablar y ponerse a trabajar para lograr la necesaria unión y consenso en lugar de seguir retroalimentando los odios personales y rencores en una algarabía de prejuicios, juicios de valor infundados y descalificaciones donde solo se grita y no se escucha.

Un ejemplo de diálogo con la administración es la reciente aprobación por el Gobierno Vasco de la nueva Ley de Turismo que, en su desarrollo normativo, contempla la segregación de la Ley de Turismo de la pernocta en una autocaravana estacionada en la vía pública, para asignarla expresa y explícitamente al ámbito de las Leyes de Seguridad Vial y, además, abre la posibilidad para crear normas que regulen una nueva forma de acogida para autocaravanas, diferente a las áreas o, espacios de estacionamiento reservado al amparo de las leyes de tráfico por un lado, y a los campamentos de turismo por otro.

Nueva Ley de Turismo en el Euskadi

Esta nueva forma acogida en el estado español de cuya cobertura legal es pionera la Dirección de Turismos del Gobierno Vasco, abrirá, cuando se apruebe su Reglamento, nuevas posibilidades a la iniciativa pública o privada para crear una red de áreas destinadas al turismo itinerante en vehículos autónomos similar a la que hace ya años que existe en otros países de la UE.

Top Stellplatz (Alemania)


Es patético comprobar que existen autocaravanistas que presumen de conocimientos pero que ante esta posibilidad lo único que se les ocurre es decir que a los promotores de esta iniciativa se les ha ido la olla. Si realmente tuvieran algún interés en aportar avances para el autocaravanismo y se dedicaran a analizar cómo está organizada la red de alojamientos para autocaravanistas en los países que presentamos como ejemplo, se deberían haber dado cuenta de que, como en España, hay una red de áreas de autocaravanas al amparo de las leyes de tráfico donde solo se permite estacionar, pero también existe una red muy extensa de áreas cerradas, dedicadas al turismo itinerante, generalmente de pago, a un precio que está en consonancia con los servicios prestados, y donde se permite desplegar elementos con servicios auxiliares tales como váteres o duchas, electricidad y Wi-Fi. En estas áreas, a voluntad de los propietarios, se acepta legalmente la estancia limitada de caravanas.

Esta red es compatible con las áreas, o estacionamientos reservados a las autocaravanas creadas al amparo de las leyes de tráfico, y no interfiere en absoluto con éstas, tanto su creación o promoción en el futuro o las creadas en el en el pasado. En la actualidad, en España, hay un vacío legal para la creación de este tipo de áreas de autocaravanas que sería imposible al amparo de los Reglamentos de Campamentos de Turismo y que la Consejería del Gobierno Vasco ha dado el primer paso para su cobertura legal.

Los autocaravanistas tenemos una deuda de gratitud con la Dirección General de Turismo del Gobierno Vasco, porque no solamente ha aprobado en el Parlamento el primer texto legal en el estado que reconoce realmente a la autocaravana como una forma diferenciada de hacer turismo sino que marca un punto de inflexión en la maraña de dificultades que sufrimos los usuarios al ser víctimas de unas normas que se aplican de forma forzada y lesiva al juzgar como una infracción por medio de las leyes que regulan la acampada el mismo hecho: la pernocta en una autocaravana estacionada en la vía pública que es legítimo y legal al amparo de las leyes de tráfico.

El diálogo con las administraciones es el camino, el diálogo ha dado como resultado una iniciativa legal en el País Vasco, el diálogo está siendo interpretado con la Dirección de Turismo del Principado de Asturias con el único objetivo de segregar la pernocta de la Ley de Turismo, el diálogo tendrá que ser la vía conductora de la defensa de los legítimos intereses de los autocaravanistas en las previsibles modificaciones de los textos legales que se van a producir en breve en Catalunya y Andalucía.

Para conseguir resultados lo primero que necesitamos es tener fe en nuestras posibilidades y en la fuerza de nuestra razón y conseguir la unión de las asociaciones y agrupaciones mediante el diálogo y el consenso.

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