La ciudad de Santander ha declarado la guerra a los autocaravanistas. El consistorio gobernado por el grupo del Partido Popular y liderado por el alcalde don Iñigo de la Serna Hernáiz, miembro a su vez del Comité Ejecutivo de la Federación Española de Municipios y Provincias detesta a los autocaravanistas a los que persigue con saña en su ciudad.
Es difícil conocer las causas de la fobia que la presencia de autocaravanas estacionadas en la ciudad suscita en el consistorio cántabro, pero Santander es una de las pocas poblaciones españolas que vulnera las leyes de tráfico con unas ordenanzas municipales presuntamente ilegales que discriminan y recortan los derechos de libre circulación a los ciudadanos que utilizamos las autocaravanas como medio de transporte.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que origen del rechazo del autocaravanismo está basado en un concepto clasista y provinciano de unos políticos que equiparan el turismo de élite al tamaño de la cartera y que ignoran el potencial del turismo a bordo de una autocaravana.
También tenemos el deber de denunciar la actitud de unos políticos que no dudan en recortar los derechos individuales de las personas con medidas de dudosa legalidad o claramente ilegales al servicio de una política clasista.
Las ordenanzas de tráfico de la ciudad de Santander prohíben expresamente el estacionamiento de autocaravanas en todo el término municipal y prohíben también el estacionamiento de cualquier vehículo de más 1,8 Tm de masa máxima autorizada (mma) en un grupo de calles. Sin embargo, el consistorio, incumpliendo sus propias ordenanzas permiten estacionar en estas calles a los turismos sin límite de mma en clara discriminación a los ciudadanos que utilizan una autocaravana para desplazarse.
Ninguna de las dos medidas está justificada por razones de tráfico y únicamente tienen el objetivo de impedir por cualquier medio el estacionamiento de las autocaravanas. La policía municipal secunda estas normas con todos los medios a su alcance: la intimidación, el cepo o la grúa se utilizan sin reservas para perseguir a los ciudadanos de cualquier nacionalidad que, por ignorancia de las normas y desconcertados por unas medidas insólitas en sus propios países, estacionan sus vehículos con el objetivo de hacer turismo, visitar un restaurante, acudir al médico o hacer compras.
Cuando un ciudadano consulta cualquier estamento oficial de la ciudad sobre dónde puede estacionar la autocaravana, tanto la oficina de turismo local como la policía informan que el único lugar donde está permitido estacionar es el camping. Un siniestro establecimiento caro y mal acondicionado para albergar autocaravanas.
La actitud hostil del consistorio de Santander hacia el turismo en autocaravana ha despertado reacciones lógicas en el mundo del autocaravanismo y las fotografías del reportaje están dando la vuelta a Europa, se están enviando a las embajadas de los principales países que proporcionan turistas, como Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y R.U. de Gran Bretaña para que adviertan a sus ciudadanos en sus respectivas páginas Web que Santander es una ciudad hostil al turismo en autocaravana y que corren el riesgo de que sus vehículos sean inmovilizados o retirados con la grúa si se les ocurre estacionar en sus vías públicas.
El abuso de poder que el consistorio de Santander ejerce contra una minoría de ciudadanos se puede considerar como una muestra de la categoría política de unos ediles que probablemente utilizan los mismos métodos en la gestión del consistorio en ejercicio de una mayoría que a la vista de actuaciones como la presente no merecen.
Desde diferentes asociaciones de usuarios y también a título personal se está solicitando la solidaridad de los campistas de toda Europa denunciando la actitud de los regidores del ayuntamiento de Santander a la Federación Internacional de Motor Home y la Federación Internacional de Clubes Campistas. También se ha elevado una queja, que ha sido aceptada a trámite al Defensor del Pueblo Español y se está planteando entablar un recurso contencioso administrativo contra las ordenanzas de tráfico y, si es necesario, las asociaciones de autocaravanistas están dispuestas a recurrir a Estrasburgo en defensa de sus legítimos intereses.
Los principales perjudicados por estas medidas clasistas son los más de 25 mil usuarios de autocaravanas españoles y los más de 200 mil que nos visitan anualmente, pero indirectamente lo que más se está dañando es la imagen de la ciudad por la actitud pueblerina de un consistorio que se niega sistemáticamente a dialogar y a, en primer lugar, restablecer la legalidad retirando de las ordenanzas la prohibición de estacionamiento de autocaravanas y, en segundo lugar, a gestionar racionalmente y al mismo nivel de otros municipios como Donostia, Bilbao, Vitoria, A Coruña, Barcelona, Palencia, León o Cáceres, que sitúan sus ciudades, al mismo nivel que los países europeos más avanzados en materia de turismo.
Estas poblaciones lejos de reprimir un turismo de calidad facilitan los medios para convertir, con la inteligencia política de la que carece el consistorio de Santander, un problema en una oportunidad. Una falta de inteligencia política que indudablemente se tiene que proyectar a otros aspectos de mayor peso social y económico.
Los autocaravanistas somos los primeros interesados en que artículos como el presente queden obsoletos lo cual significará que alguien en el ayuntamiento de Santander conserve la suficiente lucidez para tratar racionalmente el estacionamiento de autocaravanas, hacemos votos para que eso ocurra en el más breve lapso de tiempo posible.
Es difícil conocer las causas de la fobia que la presencia de autocaravanas estacionadas en la ciudad suscita en el consistorio cántabro, pero Santander es una de las pocas poblaciones españolas que vulnera las leyes de tráfico con unas ordenanzas municipales presuntamente ilegales que discriminan y recortan los derechos de libre circulación a los ciudadanos que utilizamos las autocaravanas como medio de transporte.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que origen del rechazo del autocaravanismo está basado en un concepto clasista y provinciano de unos políticos que equiparan el turismo de élite al tamaño de la cartera y que ignoran el potencial del turismo a bordo de una autocaravana.
También tenemos el deber de denunciar la actitud de unos políticos que no dudan en recortar los derechos individuales de las personas con medidas de dudosa legalidad o claramente ilegales al servicio de una política clasista.
Las ordenanzas de tráfico de la ciudad de Santander prohíben expresamente el estacionamiento de autocaravanas en todo el término municipal y prohíben también el estacionamiento de cualquier vehículo de más 1,8 Tm de masa máxima autorizada (mma) en un grupo de calles. Sin embargo, el consistorio, incumpliendo sus propias ordenanzas permiten estacionar en estas calles a los turismos sin límite de mma en clara discriminación a los ciudadanos que utilizan una autocaravana para desplazarse.
Ninguna de las dos medidas está justificada por razones de tráfico y únicamente tienen el objetivo de impedir por cualquier medio el estacionamiento de las autocaravanas. La policía municipal secunda estas normas con todos los medios a su alcance: la intimidación, el cepo o la grúa se utilizan sin reservas para perseguir a los ciudadanos de cualquier nacionalidad que, por ignorancia de las normas y desconcertados por unas medidas insólitas en sus propios países, estacionan sus vehículos con el objetivo de hacer turismo, visitar un restaurante, acudir al médico o hacer compras.
Cuando un ciudadano consulta cualquier estamento oficial de la ciudad sobre dónde puede estacionar la autocaravana, tanto la oficina de turismo local como la policía informan que el único lugar donde está permitido estacionar es el camping. Un siniestro establecimiento caro y mal acondicionado para albergar autocaravanas.
La actitud hostil del consistorio de Santander hacia el turismo en autocaravana ha despertado reacciones lógicas en el mundo del autocaravanismo y las fotografías del reportaje están dando la vuelta a Europa, se están enviando a las embajadas de los principales países que proporcionan turistas, como Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y R.U. de Gran Bretaña para que adviertan a sus ciudadanos en sus respectivas páginas Web que Santander es una ciudad hostil al turismo en autocaravana y que corren el riesgo de que sus vehículos sean inmovilizados o retirados con la grúa si se les ocurre estacionar en sus vías públicas.
El abuso de poder que el consistorio de Santander ejerce contra una minoría de ciudadanos se puede considerar como una muestra de la categoría política de unos ediles que probablemente utilizan los mismos métodos en la gestión del consistorio en ejercicio de una mayoría que a la vista de actuaciones como la presente no merecen.
Desde diferentes asociaciones de usuarios y también a título personal se está solicitando la solidaridad de los campistas de toda Europa denunciando la actitud de los regidores del ayuntamiento de Santander a la Federación Internacional de Motor Home y la Federación Internacional de Clubes Campistas. También se ha elevado una queja, que ha sido aceptada a trámite al Defensor del Pueblo Español y se está planteando entablar un recurso contencioso administrativo contra las ordenanzas de tráfico y, si es necesario, las asociaciones de autocaravanistas están dispuestas a recurrir a Estrasburgo en defensa de sus legítimos intereses.
Los principales perjudicados por estas medidas clasistas son los más de 25 mil usuarios de autocaravanas españoles y los más de 200 mil que nos visitan anualmente, pero indirectamente lo que más se está dañando es la imagen de la ciudad por la actitud pueblerina de un consistorio que se niega sistemáticamente a dialogar y a, en primer lugar, restablecer la legalidad retirando de las ordenanzas la prohibición de estacionamiento de autocaravanas y, en segundo lugar, a gestionar racionalmente y al mismo nivel de otros municipios como Donostia, Bilbao, Vitoria, A Coruña, Barcelona, Palencia, León o Cáceres, que sitúan sus ciudades, al mismo nivel que los países europeos más avanzados en materia de turismo.
Estas poblaciones lejos de reprimir un turismo de calidad facilitan los medios para convertir, con la inteligencia política de la que carece el consistorio de Santander, un problema en una oportunidad. Una falta de inteligencia política que indudablemente se tiene que proyectar a otros aspectos de mayor peso social y económico.
Los autocaravanistas somos los primeros interesados en que artículos como el presente queden obsoletos lo cual significará que alguien en el ayuntamiento de Santander conserve la suficiente lucidez para tratar racionalmente el estacionamiento de autocaravanas, hacemos votos para que eso ocurra en el más breve lapso de tiempo posible.
8 comentarios:
Gracias por denunciar y darnos a conocer estos vergonzosos hechos, dentro de mis posibilidades extendere
cuanto sea posible la denuncia.
Un saludo
Esto requiere la intervención de las diferentes asociaciones relacionadas con el autocaravanismo para denunciar al Ayuntamiento de Santander que coacciona a un colectivo de ciudadanos a disfrutar de libertat de tránsito y disfrute de espacios naturales y públicos en iguales condiciones que el resto de ciudadanos españoles y europeos; esto se considera discriminación sin razones objetivas que las meramente arbitrarias del estamento municipal y su brazo policial ejecutorio.
Esto requiere la intervención de las diferentes asociaciones relacionadas con el autocaravanismo para denunciar al Ayuntamiento de Santander que coacciona a un colectivo de ciudadanos a disfrutar de libertat de tránsito y disfrute de espacios naturales y públicos en iguales condiciones que el resto de ciudadanos españoles y europeos; esto se considera discriminación sin razones objetivas que las meramente arbitrarias del estamento municipal y su brazo policial ejecutorio.
Seria interesante proponer una Quedado de protesta a nivel nacional con nuestras autocaravanas delante mismo del consistorio; esta de forma de presión se habria de tener presente para otros municipios con las mismas discriminaciones a las libertades de las personas y de sus vehiculos.
Hola Andrés!
Ya está en marcha en ACpasion y en Furgos, pero en mi opinión la solución definitiva es un recurso contencioso administrativo contra la redacción de la OOMM, ilegal a todas luces.
Para esto hace falta tiempo y medios.
Un saludo
Julian.
Siento verguenza de los politicos de mí ciudad, una forma legal de protesta , seria realizar una concentración en la ciudad circulando a velocidades minimas.
¿No empezarian a preocuparse?
Saludos
No se enteran esta jentuza que cuando viajamos a estas ciudaded u otra vamos a gastar euros, no vamos pidiento ni vagabundeando.
Todos los autocaravanistas de España que somos muchos, ya nos gastamos al año mucho euros en nuestros viajes por las ciudades de este pais
Sou português, passei as minhas vacaciones nas Astúrias e Cantábria.
Em Santander entrei e sai sem parar, pois não encontrei local para aparcar sem risco de ser incomodado pela polícia.
É incompreensível esta atitude de perseguição...
Hoy 17 de febrero, estamos aparcados en esta ciudad denostada, Santander, por todos los autocaravanistas y por muchos de sus guardias municipales. Junto a mi hay un camión frigorífico y dos autobuses, de peso superior a 1,8 tn. Espero que el Alcalde y varios de sus responsables municipales, prevaricadores, no me pongan el cepo, aunque con el PP el cumplimiento de las leyes esta en relación con su sexo(cojones) y no con el seso.
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